lunes, 7 de marzo de 2016

HECHOS RELEVANTES

El 11 de febrero los responsables del experimento LIGO, un avanzado sistema de detección de las largamente buscadas ondas gravitacionales, ofrecerán en Washington una rueda de prensa para presentar sus últimos avances. La filtración del correo de un investigador apunta a que por fin se podrían haber descubierto estas ondulaciones del espacio-tiempo, cien años después de que Einstein predijera su existencia.
“Primicia… A alguien le va a llegar un Nobel”, aparece en el asunto de un email de Clifford Burgess, físico teórico de la Universidad McMaster en Hamilton (Canadá), quien ha hablado con científicos con acceso a un supuesto artículo donde se podría confirmar la detección de ondas gravitacionales.
“Hola a todos, el rumor sobre LIGO parece real, y al parecer va a salir el 11 de febrero en la revista Nature (sin duda con un comunicado de prensa), así que estad atentos” –señala–. Los espías que han visto el paper dicen que han logrado observar ondas gravitacionales de un agujero negro binario”.

“Afirman que los dos detectores las detectaron… y mencionan una detección equivalente a 5,1 sigma. Las masas de los dos agujeros negros inicialmente eran de 36 y 29 masas solares pero de 62 al final. Aparentemente la señal es espectacular… Woohoo! (Espero)”, exclama Burgess. Los físicos consideran que una significación estadística superior a 5 sigma en una señal ya es lo suficientemente fuerte como para reclamar un descubrimiento.

Este correo ha despertado gran expectación porque el hallazgo supondría una prueba que los físicos llevan buscando desde hace décadas. Einstein planteó hace cien años la curvatura del espacio-tiempo, pero además, que objetos masivos acelerados –como agujeros negros fusionándose o explosiones de supernovas– pueden cambiar esa curvatura y producir ondas gravitacionales.


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